A mis queridas Aurelias: mi tatarabuela, Aurelia Cabrera, mi
bisabuela Aurelia Erro, y a mi abuela “Aurelita” Elcano, de quienes heredé su
nombre, y (eso espero) al menos algo más.
A mis memoriosos tíos, los primos de papá: Chiche, Esmilda, Griselda,
Amanda, Ofelia, Olga, Cata, Graciela, María del Carmen y Ernesto, a mi prima Ana por compartir mi locura, la de hacer "turismo genealógico" y por sumarse a lo que terminó siendo un viaje inolvidable entre varios pueblos, experiencia que seguramente repetiremos, a mis "primos" Anibal y Sergio, por responder a mis extensos interrogatorios con infinita
paciencia, a Andrea y a Ricardo por su interés y sus aportes.
A mí tío Juan Luis, que se acercó hasta Ranchos -pueblo de origen de su bisabuela Cabrera- para buscar información pero no llegó a cumplir su sueño de escribir sobre su vida, y a Esmilda, que comparte el mismo interés.
A mi tía abuela Mercedes, quien diciendo que no había nadie que pudiera
estar interesado en “esas cosas viejas”,
quemó cientos de fotos y documentos familiares de los Elcano Erro, y a Juanita,
su hermana, quien intentó detenerla al grito: “Por Dios, Mercedes, ¡qué no eres la última!” El tiempo demostró
cuál de las dos tenía razón…
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