martes, 4 de noviembre de 2014

El pueblo de las "sierras bajas", Pichi Mahuida, y una historia unida a la de la familia Elcano Erro.

   
Vista panorámica, 1922, foto tomada por Juan Fernández Acevedo
   Cuando en 1890 el Pedro Bonacina, misionero salesiano, llegó por primera vez a las márgenes del Río Colorado, los pobladores de estas tierras "infestadas de pumas y tigres" eran, en su mayoría, aborígenes que vivían en la más absoluta pobreza, algunos vascos audaces, y una buena cantidad de bandoleros y de fugitivos que se habían escapado de las cárceles de Bahía Blanca o de Patagones .
«En aquellos tiempos  un viaje semejante (desde Buenos Aires a Río Negro) llamaba más la atención que  si se tratase de volver a Europa. Era internarse en el desierto, todavía regado por la sangre de las luchas entre indios y cristianos»
   En sus anotaciones el padre Pedro mencionó haber pasado en 1891 por «las barrancas de Pichi Mahuida»  tras las  huellas de un tigre que se había acercado demasiado a la choza de una familia rural. 
  En 1897 aproximadamente, Sebastián Elcano, joven hacendado hijo de inmigrantes vascos, y su esposa Aurelia Erro, adquirieron tierras ubicadas a ambos lados del Río Colorado (en el entonces distrito Adolfo Alsina y también en territorio pampeano). Destinaron las del lado pampeano a la cría de ganado ovino para la exportación de lana y de corderos. Del lado rionegrino instalaron una posada y un almacén de ramos generales. En tierras de su propiedad Sebastián levantó la primera capilla con sus propias manos (ya tenía experiencia en la construcción dado que, según una de las fuentes, en Bahía Blanca había trabajado a las órdenes del constructor José Joaquin Esandi) Siendo unos de los primeros habitantes de este pequeño poblado de reciente formación por donde pronto pasaría el ferrocarril, y habiendo cedido parte de sus tierras para la estación, se le propuso ponerle a esta su nombre, honor que él no aceptó, por lo que en vez de llamarse estación Elcano se decidió llamarla Pichi Mahuida, nombre con que el que ya era conocida la zona desde la época de Rosas y que en mapudungun o lengua mapuche significa "sierras bajas" o "montañas chicas"
Pichi Mahuida y localidades cercanas de Río Negro y la Pampa
   El 1 de junio de 1899 se realizó el viaje inaugural de la línea Bahía Blanca-Neuquén. Pese a los rumores de desbordes del río Negro que comenzaron a circular desde la tarde anterior, a la medianoche del 31 de mayo – madrugada del 1ero de junio partieron desde Bahía Blanca los tres trenes que provenían de la estación Constitución con el presidente Julio Roca y su comitiva compuesta por senadores, diputados y otras autoridades. Según relata William Rogind en su libro “Historia del ferrocarril del Sud”, al amanecer los trenes pasaron por la estación Pichi Mahuida “en medio de entusiastas aclamaciones”.  A partir de entonces el ferrocarril se convirtió en el medio de transporte más importante de pasajeros, materiales de construcción y  mercadería, tanto para abastecer a los habitantes de la zona como para llevar hacia el puerto de Bahía Blanca los fardos de lana (principal producto de la región) para su exportación. 


Pichi Mahuida. En blanco, la prov. de Río Negro. En color La Pampa


   Tras el fallecimiento de Sebastián Elcano, ocurrido en octubre de 1921, su viuda Aurelia Erro quedó a cargo del almacén de ramos generales y la posada, y el mayor de los varones, Sebastián Elcano hijo, a cargo del cuidado de los campos y de la cría del ganado.

   Hasta 1922 no hubo escuela en Pichi Mahuida. La enseñanza inicial era dictada en habitaciones destinadas para tal fin en las casas de las  familias que pudieran pagar una maestra o en su defecto alguna señorita que supiera leer y escribir. Una vez aceptado el proyecto para la apertura de una escuela, Aurelia Erro solicitó a las autoridades educativas que enviaran una maestra mujer, pero como ninguna aceptó este puesto fue que enviaron a Juan Fernández Acevedo, primer director y maestro de la escuela 136 de Pichi Mahuida, ubicada del lado pampeano del pueblo e inaugurada el 17 de Abril de 1922  Más adelante este hombre se convirtió también en el primer yerno de la viuda de Elcano, al casarse con una de sus hijas.
   Como la capilla que había sido construida por Sebastian Elcano había quedado destruida a raíz de la inundación de 1915, en 1925 el padre Angel Buodo, otro misionero salesiano, promovió la formación de un comité para la construcción de otro templo en Pichi Mahuida, que estuvo encabezado por Aurelia Erro y su cuñada María Elcano de Zubiri. Las socias activas eran Francisca Elcano de Ciapponi, Rosario G. de Gomez y Casilda Elcano de Ramirez. 



Frente de la capilla Virgen del Carmen de Pichi Mahuida
   En febrero de 1928 fue habilitada la nueva capilla, llamada Virgen del Carmen, quedando inicialmente bajo los cuidados de Casilda Elcano, una de las hijas de Juan Pedro Elcano.
   Durante la década del 30 el almacén de ramos generales y la fonda que fueron propiedad de Sebastián Elcano y luego de su viuda fue arrendado durante varios años a los dueños de la firma  "Gómez, Gómez y González", el único lugar de Pichi Mahuida donde se podía comprar prácticamente de todo, (lo que allí no se conseguía había que encargarlo por catálogo).
   Una vez casadas la mayoría de sus hijas Aurelia Erro y el resto de su familia se mudaron a Bahía Blanca (esto podría haber sido a fines de la década del 20 o comienzos de la del 30). Sebastián Elcano hijo continuó dedicándose a la cría de ganado en Pichi Mahuida y una parte de los descendientes de Juan Pedro Elcano se establecieron a unos 50 km, en Cuchillo Có. 
Familia Elcano Erro sobre el puente de Pichi Mahuida, década del 20
   En la actualidad se conserva la capilla, que permanece cerrada, la escuela 176 inaugurada en la década del 40 y reinaugurada en el 2011 en funcionamiento para sus cinco alumnos, varias casas deshabitadas, un puesto de Fumbapa (Fundación barrera Zoofitosanitaria Patagónica) y uno policial, el antiguo cementerio con medio centenar de tumbas en diferente estado de conservación, y sobre la vía tres vagones abandonados. La estación de ferrocarril se mantiene intacta, gracias al esfuerzo y los cuidados de Miguel Angel Roca, ferroviario jubilado. Una docena de habitantes del lado rionegrino, más una numerosa familia del lado pampeano, continúan resistiendo para que Pichi Mahuida no desaparezca. 
(Para más información sobre el pueblo, consultar la página de facebook "Pichi Mahuida, un pueblo que se niega a desaparecer"
Fuentes:
-"El ángel del Colorado" Raúl A. Entraigas
-“Historia del ferrocarril del Sud” William Rogind
-Diario de Juan Fernández Acevedo
-Album fotográfico de Juan Fernández Acevedo
-Testimonio de nietas de Sebastián Elcano y Aurelia Erro. 

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